sábado, 14 de junio de 2014

Yo no duermo, solo sueño.

14 horas mirando imágenes de cadáveres 
y esto es lo que comienzas a ver. 
Los miras a los ojos, incluso en una foto, y puedes leerlos. 
¿Sabes lo que ves? 
Le dan la bienvenida. 
No al principio, pero justo ahí, en el último instante. 
Es indudablemente un alivio. 
Porque todos ellos tenían miedo y ahora ven, 
por primera vez, lo fácil que era simplemente dejarse ir.
 Después ven, en ese último nanosegundo, ven lo que eran. 
Tú, tú mismo, todo este gran drama, nunca fue más que un burdo engaño de la arrogancia y la estúpida voluntad, 
y puedes simplemente liberarte de todo eso, 
finalmente darte cuenta que no tienes que aferrarte tan fuerte. 
Darte cuenta de que toda tu vida, todo lo que amas, lo que odias,
 tus memorias, todo tu dolor, era parte de una misma cosa. 
Era todo un mismo sueño, 
un sueño que albergaste dentro de una habitación cerrada, 
un sueño acerca de ser una persona. 
Y como en muchos sueños, en el final hay un monstruo


domingo, 1 de junio de 2014

¿Lo sabes?

Sabes quién eres. Sabes lo que te ha pasado. Quieres vivir así. 
¿Sabes lo que te ha pasado? ¿Quieres vivir así?

Si hay una cosa que he aprendido a los largo de los años, 
es que se necesita una persona, un milagro, un momento, 
para cambiar tu vida para siempre. 
Para cambiar tu punto de vista. Para cambiar el color de tu pensamiento. 
Lo que te obliga a volver a evaluar todo lo que crees que sabes, 
para que así puedas hacerte las preguntas más difíciles: 
¿Sabes quién eres? 
¿Entiendes lo que te ha sucedido? 
¿Quieres vivir de esta manera? 

A veces, solo necesitas alejarte de la ciudad. 
Tener otra perspectiva. 
Pero no siempre puedes ver que necesitas: Una nueva perspectiva.  
Porque tú… bueno, necesitas una nueva perspectiva para poder verlo. 
Es complicado.

Abre los ojos ¿Qué ves? ¿Más posibilidades? 
¿Un nuevo punto de vista te da más esperanza? 
Ese es el objetivo. Aunque no siempre funciona así. 
A veces, un cambio de perspectiva te hace ver lo que has perdido.